miércoles, 15 de octubre de 2014

Presentación

Esta es mi presentación de cuarto y la verdad que no tengo palabras para describir como me siento, jamás pensé que llegaría donde estoy ni que sintiera la necesidad de seguir luchando para trazarme un furo mejor.

Supongo que como cada una de nosotras, he tenido oportunidades que por falta de madurez o por circunstancias ajenas no he sabido aprovechar ni valorar en determinados momentos, menos mal que tengo una familia maravillosa y unos padres incansables a la hora de darme consejos, gracias a su apoyo incondicional he podido reconducir mi rumbo.

En toda mi trayectoria académica, desde mis inicios en el Ciclo Formativo de Educación Infantil hasta llegar a la universidad, he sufrido muchos contratiempos, con esto no quiero decir que todos hayan sido desalentadores, puesto que en esta apreciable aventura llego a mi vida la persona que más quiero, mi hijo Joel. Por este gran motivo digo que he sufrido, intentar superarme a nivel profesional, con todas las dificultades que conlleva, y aprender a ser una “buena madre” son dos tareas que en ocasiones se me hace duro sobrellevar.

Antes de nacer Joel tenía claro que quería ser profesora, tenía claro (bueno eso creía) el rol que quería adoptar dentro de un aula y en la maestra que me quería convertir o por lo menos rozar el perfil de aquel profesional idolatrado por los conocimientos que continuamente iba adquiriendo. Ser mama e intentar educar con dicha sabiduría me ha hecho darme cuenta que esos conocimientos que tanto adulaba y tanto defendía no están del todo maduros en mi interior, cada vez que intento intervenir, aplicar una técnica de modificación de conducta, potenciar su libertad interna para que aprenda por sí mismo y con autonomía, recibo respuestas inapropiadas o que no tienen nada que ver con lo que yo realmente espero.

Siempre he sentido miedo, ya sea por mis dificultades estudiantiles o por afrontar los retos que se nos presentan día a día, aún así con perseverancia y voluntad me he armado de valor para afrontarlos. Quizás esto parezca una consulta psicológica en la que como paciente me estoy abriendo sentimentalmente al doctor, pero no es así con ello quiero decir que tengo dudas en cuanto a ejercer como profesora en un futuro. Es una profesión que requiere mucha dedicación y tiempo, claro está si se quiere hacer las cosas bien, se necesita paciencia y formación continuada, ya que a la primera de cambio no van a salir las cosas bien.

Las teorías son complejas y una mala intervención puede ser coercitiva para el aprendizaje de los niños. Soy consciente de que la teoría está muy relacionada con la práctica, sé que hasta que no desempeñe dicho trabajo no desarrollare aquellas habilidades que me ayudarán a competir a nivel profesional y moral dentro de las aulas, pero tengo la inquietud y el miedo de llegar a convertirme en una buena profesional sacrificando tanto el tiempo de calidad que debería ofrecerle a mi hijo como aprender de los propios fallos que tengo mientras le estoy educando. ahora entiendo el dicho de “En casa de herrero cuchillo de palo”. He criticado tantas veces actitudes de profesores, eso sí de manera constructiva, ya que replantearse un hecho nos ayuda a reflexionar y analizar nuestros actos, que he comprendido que nadie nace enseñado y que cualquier madre y más si convive en el mundo educacional su propósito ante todo es educar con las herramientas que está adquiriendo y en cuanto más tenga más alternativas tendrá para solventar los problemas que surgen en el proceso.

Si somos capaces de disfrutar de lo que hacemos, si tenemos la ventaja de convertir esos fallos en hábitos valiosos que nos permitan realizar nuestro trabajo con efectividad y responsabilidad dentro de un marco crítico y autorregulado, me atrevería a afirmar que estoy hecha para este trabajo y para todo lo que acarrea ejercerlo.

Reflexionando sobre lo que espero del curso y en especial de esta asignatura, creo que salta a la vista, quiero seguir replanteándome mi papel como madre y como futura docente, quiero seguir adquiriendo destrezas que me ayuden a combatir ambos ámbitos, deseo dejar de ser una analfabeta tecnológica y transformar mis incompetencias en recursos didácticos que me ayuden a definir mi perfil profesional dentro de la plataforma educativa y aspiro a dejar de verme como una persona incapaz a enfrentar lo nuevo ya que cada vez que me supero tengo más claro el cómo debo hacer las cosas y que debo eliminar para perfeccionarlas.

Las tecnologías al igual que aceleran nuestra sociedad, para bien o para mal puesto que la considero un arma de doble fila si no se utilizan como se precisa, agilizaran mi aprendizaje en los últimos días como alumna universitaria y me abrirán la puerta hacia un nuevo mundo lleno de éxito porque siento que los retos que voy a vencer frente a ellas, serán el antídoto para ser una buena madre y maestra el día de mañana.

En conclusión, la educación desde mi punto de vista es una facultad fundamental para dirigir nuestro aprendizaje y recorrido en la vida, ameniza las dificultades, alimenta nuestro ser de forma íntegra, nos enseña un universo paralelo a la realidad en la que vivimos, y digo paralelo porque aprendemos a observar las cosas desde diferentes puntos de vista, visiones que nos hacen humildes y reflexivos para realizar con perspicacia todo lo que nos proponemos. Y este es mi reto este nuevo año, crecer todo lo que pueda dentro de mis posibilidades para que mi niño y el resto de discentes en los próximos días puedan tener una buena base y los valores necesarios para aprender a aprender y a resolver problemas en este viaje que nos depara la vida.

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